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Un Murcia digno, un Barça letal

La pegada culé liquida a un equipo grana que mereció marcar y que pagó el desgaste al final

Alberto gómez

Martes, 24 de octubre 2017

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Era un partido de sensaciones y un ejercicio de épica para un Real Murcia que tenía todo en contra. Físicamente, el regalo de la Copa llegó en el peor momento del año, justo cuando el equipo diseñado para ser campeón en Segunda B está en sus horas más bajas en la Liga. Delante tenía un Barça que, a la pata coja y con los ojos tapados, tenía, teóricamente, potencial suficiente para deshacerse del Murcia con solo un soplido. Pero aún así, pese a las diferencias abismales entre los dos equipos, entre las dos instituciones, el Murcia le plantó cara a uno de los mejores equipos del mundo y estuvo muy vivo hasta el fatídico minuto 43, justo antes del descanso. Aún así, el resultado fue injusto porque el Murcia mereció más e irse a casa con un gol en su casillero que le hubiera dado algo más de moral para enderezar el rumbo en la competición regular y agarrarse al sueño de luchar otra vez por volver al fútbol profesional.

Real Murcia

Santomé, Escribano, Pedro Orfila, Álex Ortiz, David Mateos (Armando, min. 75), Juanra, Fernando Llorente (David Sánchez, min. 60), Jordan Domínguez, Abel Molinero (Salva Chamorro, 60), Nadjib y Elady.

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FC Barcelona

Cillessen, Semedo, Mascherano, Vermaelen, Digne (Cucurella, min. 82), André Gomes, Aleñá (Sergi Roberto, min. 76), Denis Suárez, Deulofeu (Rakitic, min. 76) y Arnáiz.

  • GOLES. 0-1, min. 43, Alcácer. 0-2, min. 51, Deulofeu. 0-3, min. 56, Arnáiz).

  • ÁRBITROS. José Luis Munuera Montero (Comité Andaluz). Auxiliado por Baena Espejo y Alcoba Rodríguez. Mostró tarjeta amarilla a Nadjib.

  • INCIDENCIAS. Dieciseisavos de final de la Copa del Rey. Presidieron el choque José Ballesta, alcalde la ciudad de Murcia, y Antonio Sánchez Solís, Delegado del Gobierno. También acudió al palco Adela Martínez Cachá, consejera de Educación. Terreno de juego en buenas condiciones.

  • público. 16.127 espectadores en la Nueva Condomina, muchos de ellos ataviados con la camiseta del Barcelona.

Salmerón sorprendió en la noche copera con un once cargado de sorpresas. Para empezar, dio la alternativa en el lateral derecho a Escribano, un joven del Imperial que vivió un sueño al enfrentarse al Barça. El técnico almeriense se inventó una defensa de cinco, con Orfila, David Mateos y Álex Ortiz jugando como centrales y Juanra en el lateral izquierdo. También tuvieron su oportunidad Jordan y Nadjib, otros futbolistas que han pasado desapercibidos hasta ahora en el Murcia.

El Murcia, equipo inseguro, temeroso y con la autoestima por los suelos cada domingo, necesitaba mutar en la Copa. Todo lo contrario de un Barça invicto en la Liga y en la 'Champions', competiciones en las que solo el Atlético de Madrid fue capaz de arrancarles un punto. El choque requería mucho desgaste físico atrás y el Murcia se puso el mono de trabajo, algo que aún no ha hecho en las diez jornadas de Liga. Muchos de los jugadores granas estaban ante el partido de su vida, esa noche en la que sus rumbos podían cambiar. Un brillante partido frente al Barça les podía catapultar al fútbol profesional, pero estaban paralizados por el miedo.

Y el Barça de Valverde, según el guión previsto, comenzó a amasar el balón, acercándose con peligro a la portería grana. El Murcia estaba muy metido atrás, esperando el primer golpe blaugrana, como acomplejado. Hasta que disfrutó de la primera gran ocasión del choque, en un balón muerto en el área culé al que Mateos no llegó por milímetros. El acercamiento fue una inyección de adrenalina para los granas, que vieron como en el minuto 20 Vermaelen no acertó con un remate en boca de gol. El Murcia debía soltarse la melena, sacar petróleo y un soplo de aire fresco de cada balón que cruzara el centro del campo. Cogió oxígeno con alguna falta provocada por Elady. Hasta que llegó la segunda oportunidad grana, con una jugada bien trenzada en el centro del campo que acabó con una penetración de Nadjib que, tras elevar el balón y deshacerse de Semedo con calidad, asistió a Llorente, que la envió por encima del larguero.

Una oportunidad de oro que le hubiera dado un gran empujón anímico al Murcia de subir al marcador. De hecho, en los siguientes minutos el conjunto de Salmerón dio un paso adelante, luchó con más intensidad por cada balón y se atrevió a hacer más cosas. Sobre todo los tres de arriba. Molinero, Nadjib y Elady comenzaron a dibujar jugadas y a llegar con peligro. Pero el Barça, que siempre merodeó el área con peligro, avisó con un cabezazo de Alcácer al que contestó Santomé con una gran parada. Lo peor para el Murcia llegó justo antes del descanso, cuando el delantero valenciano sí acertó, en una jugada parecida, para marcar el 0-1. El equipo de Salmerón ya saboreaba la victoria parcial de llevarse un empate a cero al descanso, un premio que hubiera sido mayúsculo, sobre todo en lo anímico.

Zarpazo tempranero

La efusividad del Murcia se fue diluyendo en los primeros minutos de la segunda parte, conforme llegaron los goles blaugranas. El físico del conjunto grana se fue cayendo al mismo tiempo que se evaporaba la esperanza de hacer una gesta. Deulofeu, en una jugada rebosante de detalles técnicos, hizo el 0-2 con un disparo cruzado, mientras que Arnáiz demostró que su fichaje por más de tres millones de euros no es una locura tras firmar un gol, el tercero del Barça, de bella ejecución. Al Murcia solo le quedaba apelar a la épica, o al menos tirar de casta para terminar el choque de forma honrosa. Salmerón metió aire fresco en la medular y en el ataque con David Sánchez y Chamorro, y fue a buscar un gol.

De hecho, el Murcia se soltó con los cambios y dejó sus mejores minutos. Hasta Salva Chamorro tuvo el 1-3 en su botas tras una gran jugada de Elady en la línea de fondo. Valverde, a 15 minutos del final, apostó a que no se le fuera el partido metiendo a dos titulares como Rakitic y Sergi Roberto. Pero el equipo de Salmerón siguió insistiendo y Elady volvió a tener otra ocasión clamorosa, un mano a mano con Cillessen. El Murcia comenzó a notar el desgaste y el partido que disputó 48 horas antes ante el San Fernando, aunque intentó marcar hasta el 90. Un gesto que la grada de la Nueva Condomina premió al final del partido.

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