Herrero, menos glamur, pero más bagaje

Los nuevos gestores de la entidad murciana han utilizado una técnica inusual para cerrar su primer fichaje y amarrar a su primer entrenador. Han adelantando los movimientos públicamente antes de ejecutarlos, táctica que no se destila mucho en el mundo del fútbol, hábitat donde los directores deportivos y gerentes de los clubes prefieren firmar los contratos antes de dar alguna pista de sus movimientos. De hecho, Víctor Gálvez aseguró el jueves de la pasada semana que Herrero era su favorito, incluso horas antes de reunirse con él por primer vez. Un encuentro que hizo público el oriolano antes de producirse. Después hubo un periodo de espera hasta que el pasado martes las posturas se acercaron, aunque no sin que horas antes se produjera una reunión de seis horas entre los actuales gerentes de la entidad y el propio Gombau, técnico tarraconense que tuvo la opción de exponer sus argumentos y al que le ha pesado no tener experiencias recientes en territorio español.

Finalmente Víctor Gálvez ha contratado al entrenador que más le gustaba, aunque no ha sido tan fácil y barato como el empresario oriolano esperaba. No es lo mismo abrir la puerta de un club como el Real Murcia a un preparador que procede de una categoría inferior y que esté dispuesto a tener una oportunidad en un club como el Murcia a cualquier precio, que apostar por un entrenador contrastado en Segunda B, con experiencia en el grupo IV y que ya sabe lo que es llevar a un histórico, como hizo con el Jaén en 2013, a Segunda División.

Manolo Herrero tuvo una amplia carrera como futbolista, muy ligada al Real Jaén, equipo con el que debutó en 1991 y en el que jugó 7 temporadas, todas ellas en Segunda B. En el Valladolid jugó sus únicos 5 partidos en Primera, aunque fue con el Málaga y con el Nástic de Tarragona con los dos conjuntos con los que logró ascender a Segunda. Además, Herrero, que jugaba como centrocampista, también pasó por las filas del Córdoba y el Granada.

Su carrera como entrenador también arrancó en el Jaén, con el que estuvo ligado desde 2009 a 2014. Primero, dirigiéndolo un solo partido en la campaña 2009-10, para un año después sustituir al murciano José Miguel Campos en el banquillo de la Nueva Victoria desde la jornada 19 hasta el final de la Liga. Aquel Jaén, con graves problemas económicos, acabó la Liga como octavo tras un bagaje de 9 victorias, 6 empates y 4 derrotas bajo la tutela de Herrero.

En la campaña 2011-12 el nuevo técnico grana llevó al Jaén a jugar el 'playoff' de ascenso a Segunda, aunque fue en la campaña siguiente, la 2012-13, en la que logró un ascenso meritorio, quedando en la liga regular por encima del Cartagena y el Albacete. La campaña siguiente, en Segunda, mantuvo vivas las esperanzas de permanencia del cuadro andaluz hasta la última jornada, pero un duelo a vida o muerte contra el Alavés en la Nueva Victoria consumó un descenso inesperado.

Con el Hércules dejó fuera en una primera eliminatoria de 'playoff' al Murcia, aunque no triunfó en el Rico Pérez, igual que en la Ponferradina, en la que fue sustituido por Munitis. Esta campaña, en el Melilla, se ha quedado a un solo paso del 'playoff'.