La liga 1983-84 presentó pocas diferencias con respecto a la de la anterior temporada. Se repitió el mismo desenlace, con el Athletic Club y el Real Madrid jugándose el título en la última jornada. Pero el equipo que sí cambió de un año a otro fue el Real Murcia. El conjunto grana estaba de vuelta en Primera. Fue el segundo ascenso de Pardo Cano como presidente y el octavo en la historia del club. En la citada campaña, hace ya treinta años, logró su mejor clasificación en la máxima categoría.
Muchas voces coinciden al afirmar que la plantilla de aquel Real Murcia ha sido la mejor que hasta entonces había tenido el club de La Condomina. Otras van aún más lejos y creen que no ha habido otra igual, ni antes ni después de aquella campaña. Tan es así que en el equipo ideal de la prensa deportiva nacional, elegido según la media final de la puntuación obtenida por los jugadores en cada jornada, se incluyó a tres futbolistas del Real Murcia: Cervantes, Antonio López y Ramírez. El papel del primero fue clave en la buena campaña grana. El Murcia fue el sexto equipo menos goleado y Cervantes fue titular en una año en que Mora y Ferrer, dos porteros de categoría, también estaban en nómina.
Antonio López era ese tipo de jugador que cualquier entrenador querría en su equipo. Un seguro en la contención y un futbolista que siempre elegía la mejor opción de juego. Ramírez, por último, disputó una primera vuelta irregular. La grada llegó a cuestionarlo en algún partido, pero el delantero sevillano protagonizó una gran segunda vuelta. Marcó cinco goles y fue el cuarto máximo goleador del equipo por detrás de Figueroa (11 goles), Husillos (7) y Moyano (6).
El mercado de traspaso
Aquella temporada 83-84 no hubo movimientos importantes en el mercado de traspasos. Los éxitos recientes de la Real Sociedad y el Athletic, con jugadores de la casa, llevaron a los equipos a mirar a la cantera a la hora de reforzarse. El caso más significativo fue el del Real Madrid, cuyo filial, que llevaba años destacando, se proclamó campeón de Segunda ese año. A lo largo de la temporada Di Stéfano echó mano de varios de los jóvenes integrantes de la llamada Quinta del Buitre, como Martín Vázquez, Sanchís y Butragueño, así como de Chendo.
También el Barcelona confió en los canteranos Clos y Rojo como únicos refuerzos y el único fichaje del campeón, el Athletic, fue recuperar al cedido Endika. Con ellos, Elduayen en la Real Sociedad, Fernando en el Valencia, Miquel Soler en el Español y Eusebio y Fonseca en el Valladolid, fueron algunos de los descubrimientos más significativos.
El Real Murcia de aquella temporada fue también el que más jornadas permaneció invicto. En la seis primeras ganó dos partidos y empató cinco consecutivos. Encajó la primera derrota en Pamplona, en la octava. Su arranque hacía presagiar un buen año, como así fue. Ganó en La Condomina 3-1 a la Real Sociedad. Marcaron Figueroa, en dos ocasiones, y Núñez. Los grana repitieron resultado en la siguiente jornada, en su visita a Cádiz. Dos goles de Moyano y otro de Figueroa certificaron la superioridad de un equipo que se puso al frente de la clasificación de Primera. Encadenó cinco empates consecutivos. En el campo de La Condomina ante el Zaragoza (0-0), Barcelona (0-0) y Sevilla (1-1) y dos como visitante. Igualó a dos en Salamanca y a uno en el Vicente Calderón ante el Atlético de Madrid.
Cambios en la directiva
Según cuenta Juan Ignacio de Ibarra en su libro 'Real Murcia, crónica de 100 años', Pardo Cano aprovechó aquella magnífica temporada para reestructurar su junta directiva. Contó con Sánchez Rex, Juan Valverde y Mariano Pérez Montesinos para las parcelas económica y social. En la deportiva abrió la puerta del club a Sánchez Sabater, que pasó a ser vicepresidente y terminó como asesor profesional.
Los jugadores del Real Murcia de aquella temporada, con Eusebio Ríos de entrenador, fueron Cervantes, Núñez, Vidaña, Higinio, Sebas, López, Guina, Del Barrio, Santi, Figueroa, Moyano, Albaladejo, Herrero, Husillos, Juan José, Mora, Moya, Pelegrín, Ramírez, Sierra y Tarrés. El club llegó a la cifra de 14.000 socios y tuvo un presupuesto de 353 millones de pesetas.