Precedentes para soñar: el milagro del 95, el Orihuela y la fe de Hidalgo

Pero ha habido más casos, como el del Orihuela. Luchó hasta final en los juzgados hasta que fue readmitido en Segunda B en 2012, categoría de la que fue excluido por, precisamente, no cumplir un requisito económico de nueva creación. Como el Real Murcia esta campaña. La Federación Española, que fue la que echó al Orihuela de Segunda B, le exigía el pago de 200.000 euros para competir.

El organismo que preside Villar había creado meses antes un sistema de avales para los equipos de Segunda B desde el 1 de julio de 2012. El sistema buscaba una competición más justa e igualada y una responsabilidad en la gestión económica de los equipos de fútbol de esta categoría. El Orihuela, para no pagar el aval requerido, demandó a la Federación en el Juzgado de lo Mercantil de Alicante que, mediante un auto, denegó la solicitud del equipo amarilloítimamente establecida y advertida a los competidores. La resolución judicial del Juzgado de lo Mercantil de Alicante se sumó a la dictada por otro Juzgado de lo Mercantil de Ciudad Real ante una demanda del Puertollano contra este sistema de avales. El Orihuela no daba crédito: «Con este descenso no podremos pagar a nadie, ni a la Seguridad Social y la Agencia Tributaria. No podremos cobrar lo que se nos debe», dijo Antonio Felices, su presidente.

Pero tras un recurso de Reposición en el mismo juzgado, el Mercantil número 3 de Alicante emitió una nueva resolución en la que ordenaba a la Federación Española readmitir al Orihuela en Segunda B, después de bajarlo el 17 de julio anterior. Villar hizo caso al auto judicial y publicó un nuevo calendario, incluyendo al Orihuela, a pesar de que de que la fecha era 9 de septiembre y ya se habían disputado dos jornadas en el grupo III. Pero hay más casos. El pasado mes de julio de 2014 la Audiencia Nacional le daba la razón al Salamanca Athletic del empresario Juan José Hidalgo para poder inscribirse en Segunda B, un derecho que le negó la Federación Española hace un año. Si la Federación quiere seguir oponiéndose, tendrá que ir al Supremo.