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Pablo Baeza y Enrique López, accionistas, junto a Cámara y Cascales.
Balón o ladrillo, dos vías para un mismo objetivo: salvar al Murcia

Balón o ladrillo, dos vías para un mismo objetivo: salvar al Murcia

Los accionistas creen que una ciudad deportiva sería la solución para atraer inversores, pero el Ayuntamiento no quiere obras y prefiere un hombre de fútbol, al estilo de Pina en el Granada

José Otón

Lunes, 13 de octubre 2014, 23:43

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Los accionistas del Real Murcia y el alcalde de la ciudad han apostado por ayudar al club grana y están decididos a salvarlo, pero no han escogido el mismo camino para rescatar de las garras de la desaparición al equipo de fútbol con vida más antiguo de la Región. Los accionistas, como expusieron ayer al alcalde Miguel Ángel Cámara y a Miguel Cascales, concejal de Deportes, creen que la ciudad deportiva y los negocios que ésta genere son un gancho perfecto para captar a futuros inversores, mientras que los dirigentes murcianos no quieren oír hablar más ni de ladrillos ni de especulación urbanística.

Los accionistas fueron ayer a La Glorieta en busca del empujón del Ayuntamiento de Murcia. Un paso imprescindible para que el grupo que lidera Pablo Baeza cumpla con lo que le ha exigido Price Waterhouse Coopers, la consultora que trabaja para vender el Murcia, es recabar el apoyo institucional que el club grana necesita para ser ofertado.

«Valoramos la reunión como positiva, la respuesta ha sido la que necesitábamos. Le hemos informado al alcalde de todas las acciones que hemos emprendido y nos han apoyado en todas ellas. Necesitábamos la aprobación del Ayuntamiento para poder buscar compradores», dijo uno de los representantes de la Asociación de Accionistas del Murcia. Además los accionistas vieron a Cámara remangado, implicado en la salvación del equipo grana: «Hemos visto al alcalde preocupado. Nos hemos ido con la sensación de que están dispuestos a poner lo que esté en su mano para encontrar un nuevo propietario que salve al club».

Cámara busca comprador

Los accionistas han desvelado que Cámara también está levantando el teléfono en busca de inversores: «Ellos se están moviendo también, están hablando con futuros compradores. De hecho se han sentado con Samper e interesados en comprar en meses anteriores, pero Samper no se había planteado hasta ahora la venta seriamente, antes no quería deshacerse del club. Hace no mucho tiempo Samper llegó a pedir 20 millones más la deuda para vender el Murcia. El punto de inflexión y la rebaja de sus exigencias se produjo en la reunión que sostuvo en agosto con peñistas y accionistas. Fue allí cuando dijo textualmente que el Real Murcia valía lo que debía».

La ciudad deportiva fue uno de los temas estrella en la reunión de ayer de más de una hora: «El Ayuntamiento apoya la búsqueda de compradores y va a estudiar las iniciativas que nosotros hemos puesto encima de la mesa para hacer más atractiva la entrada de un nuevo comprador, como la construcción de una ciudad deportiva. Sería un activo más y un proyecto a desarrollar», asegura Enrique López, tesorero de la Asociación de Accionistas.

Cabe recordar que Samper iba a construir la misma cerca del estadio y del centro comercial cuando diseñó su proyecto, pero después cambió de idea. Meses más tarde el Ayuntamiento le ofreció los terrenos de El Mayayo para que levantara la nueva casa del murcianismo, pero al empresario madrileño no le interesó. Lo último fue el esbozo de una ciudad deportiva que el dueño del Murcia ubicó en Molina de Segura, un proyecto que se cayó por falta de capacidad económica de Samper y por la negativa del Ayuntamiento de la ciudad conservera a poner dinero de sus bolsillos en el proyecto.

Los acccionistas lo ven como el gancho perfecto, aunque no entran a valorar cuál sería el modelo adecuado. La consultora que va ofertar el club sabe que una cesión de terrenos por parte del Ayuntamiento en el que un número determinado de metros se dedicara a uso comercial, o bien la creación de un centro deportivo tipo Pinatar Arena, serían las dos alternativas, aunque el asunto aún está muy verde: «El alcalde ha dicho que lo va a estudiar. Una ciudad deportiva sería un activo vital para el club. La entrada de un inversor hay que hacerla atractiva y una de las maneras es acometer esa infraestructura que puede dotar a la institución de un gran activo. El Murcia ha recibido o va a recibir en siete años unos 10 millones de euros por futbolistas de su cantera, ése puede ser el mayor patrimonio que puede tener el club. La viabilidad y un modelo sostenible pasan por tener una ciudad deportiva que produzca jugadores. Habrá que buscar un enfoque para que no haya un agravio comparativo con otros proyectos anteriores y que no repercuta en los ciudadanos».

Pero de las posibles soluciones, la de buscar un empresario con fines especulativos es la salida que menos le gusta al Ayuntamiento: «Es un error entrar en ese juego otra vez, el Murcia tiene que ser rentable por sí mismo. Necesitamos que llegue al club alguien del fútbol que pueda hacer rentable al club. La solución no pasa por engordar el activo del club. El modelo que necesitamos es el del Almería, un club que no se sustenta por ningún negocio urbanístico relacionado con los activos del club», afirma Cascales.

Quita con los acreedores

El concejal, sin quererlo, dibuja la figura de Quique Pina, actual presidente del Granada: «Necesitamos que sea gente de fútbol y que sea de la Región. Profesionales que se dediquen a gestionar un club de fútbol como si fuera una empresa. Ojalá la solución del Murcia fuera la ciudad deportiva. No se trata de hacer pisos, se trata de buscar gente que pueda hacer una quita con los acreedores y que en cinco o seis años sea capaz de comenzar a recuperar el dinero que haya puesto», dice el edil.

Cascales, pese a no cuadrarle en su planteamiento un empresario que no provenga del fútbol, valora el trabajo de los accionistas: «Sus planteamientos son de salvación y de futuro y el Ayuntamiento les va a facilitar su apoyo. Conforme ellos vayan avanzando y consideren que el Ayuntamiento debe tomar alguna decisión, estaremos abiertos a estudiarlo». El cambio de propietario no va a ser nada fácil: «Los planteamientos de los accionistas son realistas dentro de que la situación del Murcia es irreal en cuanto a la deuda desmesurada que tiene y en función de las circunstancias económicas. Hay que negociar una deuda, hay que hablar de futuro, hay que introducir otro tipo de gestión».

La pasada semana hubo un contacto entre Samper y Cascales en Madrid: «Me dejó la sensación de que por primera vez está dispuesto a dejar el club en manos de otras personas, aunque sigue siendo receloso de que caiga en manos de un oportunista o especulador. Para mí, confía demasiado en la sentencia judicial». El descenso administrativo ha dañado la imagen de Samper: «Después de lo que pasó este verano hay un punto de inflexión. Antes Samper, con sus más y sus menos, cumplía. Ahora hay un hecho que es el descenso administrativo, es incuestionable. Tebas habrá ido a por Samper, seguro, pero el Murcia se lo ha puesto fácil. El que paga no desciende. El club lo que necesita es una gestión acorde con los tiempos y no ir engordando la deuda. Hay que buscar cómo estructurar la deuda y ver quién quiere invertir con la posibilidad de que en el día de mañana un producto como el Real Murcia pueda ofrecer un retorno».

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