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Gerard Oliva, con las manos en alto, protesta por la caída de Carrillo dentro del área del Oviedo.
Desplome en el Tartiere

Desplome en el Tartiere

Una defensa de plastilina y una línea de ataque sin gol apartan al Real Murcia del liderato

LA VERDAD

Lunes, 24 de noviembre 2014, 09:54

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El Real Murcia mostró ayer en el Carlos Tartiere todos sus puntos débiles en el primer partido con sabor a 'playoff' de la temporada. El equipo de Aira, que puso sobre el césped una apuesta demasiado valiente para los pocos mimbres que posee, pagó duramente las ausencias que tenía en defensa y demostró que la artillería con la que cuenta para hacer gol solo le vale para partidos menores y no para tumbar a equipos como el Oviedo y el Logroñés, dos de los que lo han dejado en evidencia esta campaña. Aira demostró que tiene las piezas justas para defender, que Albiol no es un recambio para José Martínez y que algunos jugadores se diluyen en los partidos grandes.

De inicio, al Real Murcia le salió todo mal. Y eso que Aira sorprendió a todos con un planteamiento ofensivo. Colocó a Albiol de lateral derecho y a Jairo de extremo. El técnico grana adelantó a su defensa e intentó mantener al Oviedo alejado de la meta de Fernando. El equipo murciano apostó por tener el balón en el centro del campo y se acercó a la meta de Esteban. Las ocasiones más claras fueron un disparo lejano de Garmendia y una falta ejecutada por Javi Flores que se fue ligeramente por encima del larguero. El Murcia aparentaba ser serio.

Linares, el vendaval

Pero poco a poco comenzó a perder fiabilidad. Héctor Font y Susaeta empezaron a conectar con Linares aprovechándose de que el equipo grana perdía balones en el centro del campo que posibilitaban los contragolpes del Oviedo, un equipo que, al contrario de como avisó su entrenador en la previa, estaba cómodo sin balón, dejándole la responsabilidad a su rival. Aira había caído en la red de su colega de banquillo y poco a poco fue pagando cara su valentía. Con un Murcia volcado y arriesgando demasiado, Font puso un centro medido que Linares mandó a la red con un cabezazo cruzado imparable para Fernando. El Oviedo mostraba una efectividad total con el gol; el Murcia, inoperancia.

El Oviedo se fue arriba y solo unos minutos más tarde Sergio García, un jugador que fue igual de determinante que Linares en el primer tiempo, le rompió la cintura a Albiol y le puso el segundo centro medido al 'killer' del Oviedo para que éste la volviera a meter en el fondo de la red. Al Murcia se le quedaba cara de tonto con dos goles en apenas veinte minutos y después de haber tomado todos los riesgos posibles. El líder estaba tocado ya que su plan inicial había saltado por los aires.

Mientras que el equipo grana navegaba en un mar de dudas, Linares seguía a lo suyo y buscaba otro gol más con un disparo que Fernando mandó a saque de esquina. El Murcia era todo corazón pero no le daba para hacerle daño al equipo más potente económicamente del grupo. La guinda que corroboró que entre los dos equipos hay una diferencia abismal en cuanto a potencial ofensivo fue el tercer gol del Oviedo, que llegó a dos minutos del final de la primera parte con un disparo cruzado de Sergio García ante el que Fernando, otra vez más, nada pudo hacer. Los de Aira se iban al vestuario mirando hacia el suelo y temblando, pensando lo que se les venía encima en la segunda parte.

Pero el Real Murcia mejoró de aspecto tras el descanso. Aunque Javi Flores se enredaba una y otra vez en regates infructuosos, con Oliva y Rubén el equipo grana parecía otro. El Oviedo defendía en su campo y esperaba agazapado para contragolpear, justo lo contrario de lo que marcaba el guion. El equipo local nunca llevó el mando y se lo dejó al equipo grana. Rubén Sánchez, al que Aira solo debía alinear en caso de debacle, se sacó un latigazo que Esteban sacó con un puño prodigioso. El Murcia rondaba el gol, hasta que Armando se sacó de la chistera un disparo que acabó en la red y que daba esperanzas de remontada al Murcia.

Arturo, que había salido por Acciari, se fue de dos defensores y mandó un disparo a la escuadra. Aira había conseguido contagiar su fe a sus jugadores. Hasta que llegó la estupidez de la tarde que sepultó completamente las ilusiones del equipo grana. A Rubén Sánchez, que nada más saltar al césped vio la amarilla que le impedía jugar el próximo domingo ante el Sporting B, se le cruzaron los cables intentando agredir a Dani Bautista en una acción sin importancia. El árbitro lo vio y mandó a la ducha al extremo, justo cuando sus compañeros más se acercaban al 3-2. Los dos goles de desventaja y jugar con un menos mató definitivamente el encuentro, aunque el Murcia siguió tirando de casta hasta el final. Pero Linares es insaciable y terminó de engordar su cifra goleadora con un regalo de Arturo en el tramo final de un partido que el Murcia debe olvidar.

Triple empate

Lo mejor de la jornada fue que, pese a la estrepitosa derrota, el Real Murcia sigue empatado a puntos con el Oviedo, actual líder del grupo I, y con el Logroñés, que no pudo pasar del empate ante el Valladolid B. Ambos se enfrentarán la próxima semana al Astorga y al Coruxo respectivamente. Los granas han perdido los dos partidos con sus predecesores en la clasificación, lo que significa que el Murcia de Aira debe dar un paso hacia adelante y reparar sus debilidades si quiere acabar como líder al final de la liga regular.

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