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21 de diciembre de 1992. En primer término, Córcolas y Cantero; detrás, Eugenio, Juanma y Camacho, encerrados en La Condomina.
Doce horas de espera infructuosa
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Doce horas de espera infructuosa

Los jugadores del Real Murcia se encerraron en La Condomina como protesta por el retraso en el pago de las nóminas

Paco Lastra

Domingo, 8 de marzo 2015, 23:42

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El Real Murcia no pasaba por sus mejores momentos. Aquella temporada descendió en los despachos por no haber podido convertirse en Sociedad Anónima Deportiva. Moreno Jiménez se puso al frente del club, pero no pudo evitar que el club grana saltara a las páginas de los periódicos nacionales, que informaron del encierro en La Condomina que acordaron los jugadores, hartos de no cobrar y de no tener claro que lo fueran a hacer. En aquel momento, con las fiestas de Navidad encima, el club les adeudaba media nómina de octubre y noviembre.

El 21 de diciembre de hace 23 años, la plantilla del Real Murcia esperó durante doce horas al presidente para que le informara de cómo iba a abonar los atrasos. No sirvió de nada. La directiva solo se ofreció abonar medio sueldo del mes de octubre y los jugadores exigían también las nóminas denoviembre. Los jugadores, como medida de protesta, optaron por encerrarse en las instalaciones de La Condomina hasta que cobraran.

Hacían falta cinco millones de pesetas. Los directivos explicaron que no estaban en disposición de adelantar ni avalar una sola peseta. Los jugadores dijeron 'basta' y aquel día durmieron en las dependencias de La Condomina. Estaban dispuestos a mantener su postura los días que hiciera falta.

En lo que atañe a la intendencía del encierro, la comida fue a base de bocadillos de tortilla pagados a escote. La cena fue más suculenta gracias a la aportación que hizo el socio Faustino Cano. Lo que más abundó fue el café servido por Emilio Ponce. Mantas, colchonetas, sacos de dormir, abrigos... todas estas prendas fueron apareciendo por los vestuarios con el fin de ayudar a hacer más llevadero el encierro.

Lo que ocurrió en los dos días siguientes fue de locos. La directiva anunció su dimisión el día 22, pero dio marcha atrás el 23. ¿Qué ocurrió? El alcalde José Méndez recibió a una delegación de la plantilla murcianista, que pidió ayuda al regidor, quien los escuchó. Méndez les tendió la mano. Sus gestiones dieron fruto y los jugadores pusieron fin al encierro.

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