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Titi celebra el primer gol con un compañero.
Una descarga eléctrica

Una descarga eléctrica

Veinte minutos vertiginosos del Murcia cambian la cara a un choque igualado hasta entonces

José Otón

Domingo, 4 de septiembre 2016, 22:56

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A la altura del minuto setenta del choque entre el Murcia y el Lorca los dos equipos se hubieran conformado con el empate. Eso parecía, que ninguno de los dos se iba a volver loco. Ambos tuvieron su momento brillante cuando dominaron al rival, aunque a ninguno le había dado para adelantarse en el marcador. El Murcia había arrancado bien el partido, pero el Lorca le quitó el mando y el balón, y hasta dispuso de las mejores oportunidades de gol. Los dos tuvieron su cuota de protagonismo en el primer derbi regional de la temporada, marcado, además, por el fuerte y pegajoso calor que deslució un choque entre aspirantes que había llegado pronto.

En la segunda mitad el guion fue el mismo. Después de un buen arranque de los granas tras el descanso, los de Iñaki Alonso volvieron a tomar el control. Pero en el ecuador del segundo acto, el Murcia había vuelto a aparecer en el partido. Era un derbi de ida y vuelta, táctico y al mismo tiempo vibrante, a pesar del poco fútbol. Ninguno de los dos se había atrevido a soltarse la melena del todo, encogidos más por la necesidad de no perder más que por el ansia de ganar.

Hasta el minuto setenta del partido la victoria moral era para los blanquiazules por crear más peligro, aunque no habían tenido puntería. Pero Paco García, de repente, dio con la tecla y cambió las sensaciones. Viendo que el Lorca quería empujar en el tramo final para llevarse la victoria, el técnico murciano sentó a Saura y metió a Roberto Alarcón en la banda. Rubén Ramos, que había pasado todo el partido desapercibido pegado a la línea de cal, se colocó en la media punta junto a Borjas Martín, también demasiado perdido y solo en la posición más adelantada. El Murcia pasó a jugar con dos delanteros y de repente le dio la vuelta al choque.

Cambio de escenario

El equipo grana comenzó a carburar y a generar peligro. Fue como una descarga eléctrica. De mostrar un ataque previsible a presentar un contragolpe endemoniado. Se convirtió en un equipo más vertical, más peligroso. Hasta que en un robo de balón en el centro del campo y, tras una salida al contragolpe magistralmente llevado por Rubén Ramos, marcó Titi el 1-0 con un disparo seco que batió a Dorronsoro.

Después, con el Lorca volcado, una jugada de Roberto Alarcón se convirtió en el 2-0. El extremo murciano, voluntarioso, se empeñó en pelear por un balón que cualquier jugador con más experiencia hubiera dejado salir para perder tiempo. Tras deshacerse de un primer rival, el grana se fue de Pomares para hacer el 2-0 con un disparo que le salió del alma. En un abrir y cerrar de ojos el Murcia se había llevado el partido, en un claro ejercicio de eficacia y pegada. Hasta la grada fue 'culpable' de la victoria ya que en ningún momento le dio la espalda a su equipo y no dudó en arengarlo con aplausos en el tramo final, cuando el color blanquiazul dominaba al grana.

La victoria de ayer es vital para que el Real Murcia de Paco García siga creciendo sin ansiedad y creyendo en su modelo de juego, al mismo tiempo que se acerca a lo más alto. Y además le permite olvidarse del batacazo de la Copa. Tres puntos para los granas que son un empujón anímico para una plantilla joven, que está cargada de responsabilidad y que tiene que arrancar cada partido sabiendo que es vital ganar para seguir manteniendo en pie a una institución como el Murcia.

El Lorca, por su parte, no decepcionó y pudo salir de la Nueva Condomina con la cabeza bien alta. Quiso ganar, demostró que tiene jugadores como Noguera y Borja que brillan en la categoría y que solo le falta rodaje para que talentos como Onwu, Arroyo y Chumbi, entre otros, cojan impulso. Los blanquiazules necesitan ser más duros en defensa (han encajado siete goles en tres partidos) y ser más letales en ataque, mientras que el Murcia solo ha recibido un gol en 270 minutos.

El choque entre dos de los equipos que se han puesto como meta el ascenso también fue accidentado. Sobre todo para el Murcia, que, a falta de las pruebas preceptivas, ha perdido a dos efectivos importantes para próximas batallas. Román Golobart, al dejar un balón de tacón para un compañero, cayó lesionado, y Paco García tuvo que hacer el primer cambio en el minuto 12. No fue la única lesión de los granas, que pagaron sus dos últimos partidos en campos no aptos para la práctica del mejor fútbol.

Además del central, Rubén Ramos, clave en la victoria de ayer, se tuvo que retirar en el tramo final y dejar a su equipo con diez, dado que Paco García había realizado ya los tres cambios reglamentarios. Pero el Murcia-Lorca dejó más imágenes en el retrovisor. Iñaki Alonso volvió por segunda vez a la Nueva Condomina tras pasar por el banquillo grana, y volvió a irse sin los tres puntos. Igual que Javi López, que lo hacía por primera vez después del nefasto curso pasado a las órdenes de Aira. Aun así, el malagueño estuvo a punto de marcar con una falta que estrelló en el larguero.

Otros viejos conocidos

Con el Lorca también jugaron otros futbolistas que pasaron por la cantera grana como Pina, Cristian Bustos y Chumbi, que mostró que es un delantero peligroso. El 4-2-3-1 de Iñaki se estrelló contra el 4-1-4-1 de Paco García, que venció a su exequipo con una vuelta de tuerca en el tramo final, cuando apostó por los dos delanteros, y que alineó de titular por primera vez a Diego Benito, un jugador que huele a Segunda y que dejó detalles técnicos que convencieron a la grada. Esta sabe que aún tiene que esperar para ver la mejor versión de un Real Murcia que aún está en contrucción, pero que ha tirado de dos ejercicios de efectividad, ante el Mérida y ayer ante el Lorca, para agarrar seis puntos y colocarse a solo un paso del Marbella y el Cartagena, de momento, los dos mejores equipos del grupo IV de Segunda B.

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