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Buscándose a sí mísmo

RICHI EXJUGADOR DEL MURCIA

Martes, 27 de septiembre 2016, 05:38

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Recuerdo mi regreso al Real Murcia tras el desgraciado descenso a Segunda B en Girona. La ansiedad que desprendía el club entonces por abandonar una categoría que económicamente hacía imposible la subsistencia de la entidad se trasladaba al vestuario. No era un chaparrón pero sí una lluvia fina de la que calaba bien hondo. Varias veces he comentado que el posterior ascenso en Lugo con Iñaki Alonso fue un gran alivio, a diferencia de la explosión de alegría que supuso años antes ascender a Primera División en el campo del Toralín de Ponferrada.

La situación actual es aún más compleja que aquella que vivimos hace siete años. Afortunadamente, aquella temporada contábamos con una plantilla muy superior a la del resto de nuestros rivales. Hoy en día, inevitable y desgraciadamente, el Real Murcia se ha igualado mucho más con el resto de aspirantes por los problemas económicos que sufre el club.

Al mismo tiempo, y con casi tanta repercusión como los partidos de los domingos, el Murcia está 'jugando' un nuevo convenio con sus acreedores. Por sentido común, imagino que finalmente habrá acuerdo, ya que no creo que alguien espere cobrar de donde no hay. Esto daría tiempo y permitiría poner todos los focos en el terreno de juego, aspecto siempre positivo para el club, ya que lo que queremos todos es que se hable siempre de fútbol.

Y para acabar de colocar las fichas en el tablero hay que considerar la sensación de urgencia que añade el UCAM a la vida del Real Murcia. Los universitarios, con todo el merecimiento, se han situado una categoría más arriba (dicho queda), pero añade más presión a la temporada grana.

Hablar a estas alturas de ascenso es casi una falta de respeto, pero es la esperanza a la que nos agarramos. Decía Quique Sánchez Flores antes de esta jornada que una victoria del Espanyol les haría despegar (luego pasó lo que pasó). Si todo cambia con una victoria, imaginemos lo que cambiaría el Murcia con un ascenso.

Para conseguirlo Paco García tiene la difícil pero irrenunciable misión de encontrar un estilo en el que el equipo se sienta a gusto y donde las piezas encajen. Estamos a tiempo de todo pero si se quiere soñar con otra categoría, antes hay que encontrarse a uno mismo.

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