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Moro Martín, a su llegada a la Nueva Condomina el pasado domingo.
Sin respiro para Moro Martín

Sin respiro para Moro Martín

El empresario extremeño tiene que poner al día la cantera y a los empleados del club, definir qué va a hacer en el mercado invernal, sentarse con Hacienda, acordar con el Ayuntamiento la nueva cesión de uso del estadio y poner a punto el césped

José Otón

Jueves, 24 de noviembre 2016, 01:30

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Raúl Moro Martín tiene trabajo por delante. De momento última con los Samper hacerse cargo del paquete mayoritario de acciones y por eso no ha aparecido aún con mano firme en el club grana. Solo se ha dejado ver por la afición. El pasado domingo se limitó a presenciar el encuentro entre el equipo grana y el Jaén en un palco VIP y solo bajó a la zona del antepalco en el descanso del encuentro. Se presentó a los consejeros, pero no se dirigió a ellos como futuro propietario de la entidad y se mantuvo en un segundo plano. Tampoco bajó al vestuario y solo se limitó a conocer por dentro las instalaciones y posibles recursos que puede generar la Nueva Condomina. Pero está deseando ponerse a trabajar y abordar los asuntos más importantes que encontrará sobre su mesa.

La plantilla lleva un mes sin cobrar; los empleados, dos

El actual Consejo quiere poner a la plantilla y a los trabajadores al día antes de irse. La primera plantilla y cuerpo técnico tiene pendiente la nómina de octubre. Utiliza la misma fórmula de Samper de pagar a mes vencido, con lo que el pago de octubre se debía haber realizado a comienzos de noviembre. Un problema más grave tienen los trabajadores de la entidad, que acumulan dos nóminas sin cobrar, la de septiembre y la de octubre. Si Abarca y los suyos se van del club en los próximas días y no llegan a la Junta de finales de diciembre, Moro Martín se hará cargo de los pagos.

El extremeño, además, quiere llevar a cabo una reestructuración de personal en una plantilla no deportiva sobredimensionada para un club de Segunda B. Con más de quince trabajadores, solo hay que compararla con la de otros equipos murcianos de la misma categoría. El Cartagena funciona con una empleada para la tienda del club, un administrativo, un responsable de comunicación y las figuras del presidente y el director general, ambos cargos ejecutivos. El Lorca solo cuenta con dos empleados (Pedro Cazorla y Lucas García), y con tres en la dirección (Joaquín Romeu, Paco Zaragoza y Juan Ignacio Martínez, este último como asesor). El resto son colaboradores a tiempo parcial. En el Jumilla solo hay un empleado no deportivo que se encarga de todas las gestiones administrativas. Los tres contratan servicios externos para cubrir las necesidades puntuales evitando así grandes desembolsos mensuales y cargas sociales.

Además, la situación de la cantera es bastante lamentable. El club todavía no ha pagado media temporada pendiente desde hace cuatro años, la pasada campaña los técnicos dejaron de cobrar en febrero y en esta tampoco han recibido un euro, salvo algún caso excepcional. Y no solo los entrenadores de todas las categorías, tampoco los jugadores del equipo de División de Honor y del Imperial, los dos únicos equipos remunerados de las bases. En el Imperial de Acciari, por ejemplo, dos jugadores se han marchado ya por los impagos. Los técnicos no entienden dónde va el dinero recaudado por la entidad a los jugadores que militan en las bases, concretamente en el cadete de Primera para abajo, ya que no ha repercutido directamente en los que trabajan en las bases del club.

El futuro de Romo, una incógnita

El Real Murcia no tiene tiempo que perder si quiere reforzarse con garantías en el mercado invernal. Aunque arranca el próximo 1 de enero, otros equipos ya se están moviendo. El Lorca tiene claro que quiere fichar a cuatro o cinco jugadores (portero, lateral zurdo y un extremo con desborde) y ya está llamando a algunas puertas. Igual que el Jumilla, que también quiere incorporar un jugador por línea y está sondeando el mercado a través de Jorge Perona, el centrocampista del equipo vinícola que también está haciendo la función de director deportivo. El Cartagena no necesita hacer grandes movimientos, pero sí tiene muy estudiado el único cambio que podría desarrollar.

El equipo grana, por su parte, tiene graves carencias en varias zonas del campo y necesita con urgencia más dinamita arriba y más calidad en las bandas, tanto a la altura de los laterales como de los extremos. Uno de los primeros asuntos que tendrá que resolver Moro Martín es la continuidad o no de Fernández Romo, director deportivo grana que busca, por su cuenta, un portero y algún jugador más.

Al propio grupo de Moro Martín no le gustaron las declaraciones del madrileño, quien señaló a Paco García y a la plantilla como culpables de que el equipo no funcione. Romo llegó al club avalado por Víctor Alonso y Chuti Molina, tras patinar en sus anteriores proyectos, tanto en el Alcoyano como en el Xátiva. Con el cuarto presupuesto de la categoría, el Murcia se encuentra décimo, a siete puntos del 'playoff' de ascenso. En todo caso, al grupo de Moro Martín le gusta Pepe Aguilar para ser una pieza importante en la estructura técnica.

Deudas con las entidades públicas

Moro Martín debe aprovechar que es un empresario que hace caja (sus allegados dicen que este ejercicio ingresará una cantidad que superará los 100 millones y que en 2017 será aún mayor) para sentarse con Hacienda y acordar un plan de pagos de la deuda a largo plazo. Eso sí, antes tendrá que desembolsar una cantidad para que el fisco confíe en él. Tendrá que hacer lo mismo con la Seguridad Social. Cabe recordar que la deuda con estas dos entidades se incrementa cada año por los apremios y los intereses.

Limar asperezas con el concejal Felipe Coello

Entre el concejal de Deportes del Ayuntamiento de Murcia, Felipe Coello, y el Consejo de Administración que lidera Martínez Abarca no hay sintonía. La última muestra ha sido la diferente lectura que han hecho ambas partes de las nuevas condiciones de uso del estadio Nueva Condomina propuesta por el edil. El Real Murcia y el Ayuntamiento firmaron en 2009 una cesión exclusiva por la que el club grana disponía de la instalación durante 50 años, encargándose de todos los gastos. Dada la situación económica actual del club, el Consistorio aceptó hacerse cargo de los gastos de mantenimiento, a cambio de modificar las condiciones del convenio.

Pero hay ciertos aspectos del nuevo borrador que han generado el desencuentro, como son la duración anual del mismo y la interpretación que hace cada parte sobre quién pagará los gastos del recinto, tanto de las oficinas como del propio terreno de juego y las instalaciones. El hecho de que en las cuentas del Murcia la actual concesión de uso figure como un ingreso de 35 millones puede suponer un problema para cuadrar las cuentas en el futuro si se modifica este convenio. En todo caso, Abarca asegura que esta nueva cesión de uso la deben firmar los futuros gestores y no los actuales.

Hacer más atractivo el estadio Nueva Condomina

De los más de 7.000 socios que tiene el equipo grana apenas acuden a la Nueva Condomina la mitad a ver al equipo cada quince días. Solo en el choque contra el Cartagena, disputado el 30 de octubre, la entrada superó los 10.000 espectadores (11.114), aunque en otros encuentros no superó los 4.000, como en el partido contra el San Fernando (3.889). Acercar el Real Murcia a la afición y 'humanizarlo' más es una tarea urgente.

El nuevo propietario también quiere trabajar en la mejora del terreno de juego, ya que aunque fue resembrado antes del choque contra el Cartagena, la disputa del propio derbi, del partido entre el Jumilla y el Lorca y del duelo de los granas contra el Marbella, en apenas una semana, lo han deteriorado y se convierte en un enemigo más del Murcia de Paco García, que apuesta por el toque de balón.

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