Raúl Moro Martín se convirtió este miércoles en nuevo gestor del Real Murcia, club que acumula una deuda de 42,5 millones de euros y en el que aterriza en sustitución de Guillermo Martínez Abarca, quien dimitió del cargo al que llegó en enero de este año tras el fallecimiento de Jesús Samper.
El empresario extremeño ya anunció su intención de hacerse con las riendas del Murcia, club cuyo primer equipo milita en Segunda División B, hace un mes y medio y lo hizo aportando 400.000 euros.
En la Junta de Accionistas celebrada en el estadio Nueva Condomina se escenificó el cambio de poderes y Raúl Moro entró en el consejo de administración junto a Deseado Flores, Gustavo Pumar, Manuel Jimeno y José Carrilero.
Por el contrario, salieron del consejo, además de Martínez Abarca, Romeo Cotorruelo, Juan Guillamón, Domingo Pascual y Víctor Alonso, mientras que se mantienen Miguel Martínez, Stefan Settels y Enrique López.
En la junta se informó de que la deuda del club asciende a 42,5 millones de euros, de los cuales 13,3 corresponden a Hacienda y 2,2 a la Seguridad Social. En el resto de impagos figuran los equivalentes a 7,3 millones a la familia Samper.
Raúl Moro, quien esta tarde dirigirá la primera reunión del nuevo consejo de administración, comentó que hará "lo que haga falta" para sacar al Murcia de la situación en la que está, aunque no ofreció detalles y sí agradeció la labor desarrollada por Guillermo Martínez Abarca "en este año de transición" y a José Ángel Serantes y a Gonzalo Samper por "su ayuda".
Por su parte, el presidente saliente se despidió diciendo que el Real Murcia "no va a desaparecer" y que su solución no está en el dinero, sino en lograr el ascenso a la Liga 1/2/3".
En ese sentido, indicó que los nuevos gestores harán "todo lo posible para lograr ese ascenso".
A nivel personal, Moro admitió que para él supuso "un orgullo" presidir la entidad y celebró el hecho de "que no se liquidara" en una situación de claro riesgo.
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