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Martes, 28 de marzo 2017, 00:08
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Corría el minuto 59 de partido cuando la internada de Sergi Guardiola en el área del Córdoba B acabó en penalti. El jugador criado en Jumilla agarró el balón rápidamente para tirarlo, sin atender a la exigencia de Víctor Curto, el designado para ejecutarlos. El asunto no pasó a mayores, ya que Diego Benito, uno de los jugadores importantes en el vestuario, puso paz entre ambos, como refleja la imagen. Finalmente, Guardiola marcó el gol y ambos jugadores se abrazaron, sin rencor.
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