Las excepciones en un año gris

Para que el Murcia acabara jugando la promoción de descenso esta campaña se tendría que dar la peor de las combinaciones posibles. El equipo de Algar tendría que perder los dos partidos que restan para el final (Melilla y Sevillá Atlético), circunstancia nada descabellada visto el rendimiento del Murcia en las últimas semanas, pero además tendrían que ganar los dos últimos partidos el Jumilla y el Sanluqueño, y el Recreativo Granada y el Don Benito sumar 4 puntos de 6.

Aunque el Murcia acabe evitando el descenso, ya sea por méritos propios o por deméritos de los demás, la actual plantilla terminará marcada por su bajo rendimiento. De todos los futbolistas que están acabando la temporada con el primer equipo, apenas 5 pueden finiquitar el curso con una nota superior al aprobado, quedando el resto señalados por no cumplir con el nivel mínimo exigible a su trayectoria y a los sueldos que firmaron al inicio del curso, acordes a jugadores de Segunda o del más alto nivel de Segunda B, categoría en la que no están demostrando su valía.

El portero Ian Mackay aparece en lo más alto del 'ranking' de rendimiento individual. El meta, de 32 años y tras cinco defendiendo la meta del Racing de Ferrol, se está revalorizando en el Murcia con paradas que han evitado que el equipo grana esté más hundido en el fondo de la tabla. Lo paradójico en el caso de este guardamente coruñés es que su sueldo está por debajo del de los pesos pesados del equipo, del de futbolistas que no están rindiendo adecuadamente. Y lo peor es que a pesar de que el Murcia tiene cuatro porteros con contrato para el próximo curso (Simón Ballester, Tanis Marcellán, Santomé y Cebriá), Mackay quedará libre.

Otro de los futbolistas que vale más que cuando llegó el pasado verano es Sergi Maestre, un centrocampista de 28 años que eligió el proyecto del Murcia para dejar atrás, por primera vez en su carrera, su entorno familiar. El barcelonés brilló en la primera parte de la temporada y después ha mantenido el tipo en la segunda, aunque sus compañeros no le han secundado. Además, sobre el césped y también en el vestuario, ha demostrado su jerarquía. Es uno de los futbolistas de la plantilla grana que puede tener pretendientes el próximo verano, aunque tiene contrato con el club grana para una temporada más.

Si hay una persona responsable de la aparición en el primer equipo de Josema Raigal, una de las más firmes promesas del equipo grana, es Manolo Herrero. El técnico jienense apostó desde la pretemporada por el extremo de Mula, familiar de Pedro León, y le dio poco a poco un sitio en el once titular, a pesar de que la plantilla grana contaba el pasado verano con extremos como Héber Pena o Jesús Alfaro. El canterano, con 19 años, ha disputado 29 partidos con el primer equipo, 19 como titular, y ha demostrado que, mejorando ciertos aspectos como la definición de cara a la meta rival, puede convertirse en un jugador válido para el fútbol profesional. El pésimo rendimiento de la mayoría de sus compañeros le ha perjudicado, aunque ya se ha hecho un nombre en Segunda B.

Una categoría, precisamente, en la que Chumbi era un delantero muy cotizado. El aguileño se fijó un objetivo el pasado verano: volver a ser un futbolista determinante tras permanecer en el dique seco durante 19 meses. Dos lesiones de rodilla que hubieran servido de excusa a muchos futbolistas para tirar la toalla pero que a él le hicieron superarse. Aunque tras su reaparición en noviembre de 2018 le costó coger el ritmo, sus goles al Granada B, Cartagena y Jumilla han permitido al Murcia sumar 7 puntos que le mantienen fuera del descenso a Tercera.

Su compañero Manel Martínez, con 7 goles esta temporada, es otro de los que saldrá reforzado al final del curso, a pesar de la nefasta temporada de su equipo. Lo mejor de Manel ha sido su humildad y la capacidad de adaptarse a todas las situaciones planteadas por los tres técnicos granas de esta temporada sin quejarse y asumiendo, por momentos, su rol de delantero reserva.