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Seguidores del Real Murcia, durante la manifestación de la pasada semana en la ciudad. :: fran manzanera / agm
El murcianismo espera entre la rabia y la depresión

El murcianismo espera entre la rabia y la depresión

Mientras que las peñas ya han anunciado que aguardarán a las palabras de Samper, los accionistas piden la marcha del presidente grana tras el descenso

José Otón

Domingo, 10 de agosto 2014, 22:30

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Los cimientos del Real Murcia se tambalean. Si la semana pasada fue una de las más duras en la historia del club grana, la que arranca hoy puede ser de infarto, con el murcianismo pendiente de los movimientos de Samper en los juzgados de Madrid y aguardando a que los jugadores de la primera plantilla, aquellos que iban a pelear esta temporada por ascender a Primera, hagan la maleta y se marchen definitivamente a otros equipos que le ofrezcan seguir luciéndose en el fútbol profesional. En resumen, una semana en la que se puede confirmar definitivamente que el equipo grana jugará en Segunda B.

El dueño del Real Murcia pactó con los jugadores de la primera plantilla que hasta el próximo miércoles se entrenaran con aparente normalidad y que esperaran un milagro en los tribunales que devolviera al equipo grana al calendario de Segunda. Si finalmente Samper pierde la batalla ante Tebas, muchos jugadores podrán romper sus contratos con el Real Murcia y marcharse libremente. Pero mientras tanto y con el murcianismo más indignado que ilusionado con el futuro, los seguidores del Real Murcia quieren encontrar a los culpables del batacazo y trabajar para conseguir un futuro estable y mejor para el club más antiguo de la Región de Murcia.

Si la Federación de Peñas ha decidido esperar a la posible aparición pública de Samper en Murcia (podría llegar hoy a la ciudad) para marcar su calendario de movilizaciones, la Asociación de Accionistas Minoritarios, con cerca de 100 afiliados, va a reunirse hoy con carácter de urgencia para tomar posiciones frente al dueño del Real Murcia.

«Creemos que Samper se tiene que ir. Es un proyecto viciado, que no tiene futuro ni viabilidad. Samper va salvando los muebles año a año, no hay proyecto ni a corto ni a medio plazo. Si te vas reinventando e improvisas todos los años es muy difícil subir a Primera. Además, hay una gran parte de la masa social que mientras esté Samper, no volverá a pisar la Nueva Condomina. Si había descontento antes del descenso, imagina ahora. La gente quiere un Real Murcia sin Samper», dice Pablo Baeza, representante de este grupo de aficionados que están trabajando en intentar construir un Real Murcia mejor: «En las próximas horas vamos a solicitar públicamente que Jesús Samper atienda a posibles compradores y que esté abierto a facilitar un cambio de propiedad en el club. Es vital y necesario».

Después de lo ocurrido la semana pasada, la marcha de Samper debe ser innegociable: «La solución es convencer a Samper de que venda el club en unos términos razonables. La única solución es que venda sus acciones por un euro, nada más. El comprador que venga debería hacer un plan de viabilidad e intentar renegociar la deuda. Samper tiene que decir claramente cuáles son las condiciones de venta. Nuestros pasos van encaminados a buscar una fórmula para que el Real Murcia siga funcionando sin él, la gente no le quiere», dice Baeza.

Enrique López, tesorero de esta asociación, solo reconoce un camino para la salvación del equipo grana: «Samper debe vender sus acciones por un precio simbólico. El comprador del Murcia no necesitaría poner todo el dinero de la deuda del Real Murcia encima de la mesa, sino que debe gestionar la deuda que en muchos casos es a largo plazo. El único obstáculo grave sería solucionar el problema con Hacienda y los 13 millones que le debe el club, aunque la venta y el cambio de propiedad podrían generar nuevas expectativas». Cabe recordar que la deuda actual del Real Murcia ronda los 45 millones de euros, de los que casi 10 corresponden a la deuda contraída por el club con el propio Samper. Si como explicó el empresario madrileño a peñistas y accionistas, la pasada semana, está dispuesto a vender el club por la deuda y sentarse a negociar por su parte, el que se hiciera cargo del Real Murcia debería afrontar en los próximos años 36 millones de euros.

Los políticos, en la diana

Los políticos murcianos, tanto del Ayuntamiento como de la Comunidad Autónoma, se han protegido de las acusaciones de culpabilidad de los aficionados murcianistas aduciendo que desconocían la situación financiera del equipo de Samper. Una situación que ya advirtió Tebas desde diciembre de 2013 y de la que podían haber obtenido información con solo acudir al Registro Mercantil e incluso a través de Internet. De hecho, el 27 de junio, después de la Junta General de Accionistas del Real Murcia que se celebró en la Nueva Condomina, la Asociación de Accionistas Minoritarios elaboró un informe que hizo público en el que avisaba de los graves problemas económicos a los que se enfrentaba el Real Murcia. «Si Samper hubiera conseguido el aplazamiento con Hacienda, solo hubiera logrado salvar un 'match ball', la situación era preocupante de cara al futuro. Iba a tener que hacer frente al cuarto plazo del concurso en el año 2015. Cuando vimos los números, la conclusión a la que llegamos fue que Samper podría conseguir el aplazamiento pero que los problemas podían venir después», asegura Baeza.

En aquella junta estuvo presente José María Cervera, encargado de Instalaciones del Ayuntamiento de Murcia, con lo que resulta más extraño si cabe que el Ayuntamiento no fuera conocedor, con más de un mes de plazo hasta el 31 de julio, de los problemas del equipo grana.

La Asociación de Accionistas Minoritarios es crítica con el Ayuntamiento: «El Real Murcia tenía cerca de seis millones de deuda con Hacienda y, a base de recargos y sanciones, ha acumulado el doble. Con esa línea, ninguna entidad te va a fiar. No hay voluntad de pago. Que salga ahora el alcalde y diga que no tenía información no es entendible. Pensamos que el club está en una situación muy crítica porque está en manos de un presidente que está posponiendo los pagos más pequeños; cuando lleguen los pagos más gordos, no les va a hacer frente».

La marcha de Samper es irremediable, según la asociación: «Lo de Samper es una huida hacia adelante enfocada a no pagar. Antes o después va a llegar un acreedor o la propia Hacienda y va a solicitar la liquidación. Esto es un cachondeo y un círculo vicioso. Con Jesús Samper lo vemos todo muy negro».

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