La Verdad
Real Murcia

Carrillo tumba al Sporting B (2-1)

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El canterano grana marca dos goles y logra espantar los fantasmas de la Nueva Condomina. / Guillermo Carrión

  • El canterano grana marca dos goles y logra espantar los fantasmas de la Nueva Condomina

El Real Murcia se echó tres puntos al bolsillo que le sirven para olvidar el tropiezo del pasado fin de semana en Oviedo y para reafirmarse como un candidato al ascenso a Segunda. El equipo de Aira demostró que tiene orgullo y amor propio para ganar un choque en el que la cantera fue determinante. Con la victoria ante el Sporting B y la derrota del Logroñés, el Murcia se queda junto al Oviedo al frente de la tabla.

Lo mejor de la primera parte para el Real Murcia es que solo tardó dos minutos en enjugar el fallo defensivo que ocasionó el gol del Sporting B. Un error de Pumar desembocó en un disparo al área que Álex García, una de las perlas de Mareo, se encargó de introducir en la red de la portería de Fernando. El conjunto local había salido a dominar pero a las primeras de cambio se encontró con un mazazo que le puso contra las cuerdas, y más teniendo en cuenta que llegaba al choque después de encajar cuatro goles en Oviedo.

Pero apareció Carrillo, que se apoderó de la titularidad para hacer el gol del partido. De un balón en largo y casi sin peligro que deambulaba pegado a la línea de fondo, el canterano se sacó un latigazo por la derecha que entró por toda la escuadra. Una obra de arte que reanimó al Murcia y le despertó del susto del gol gijonés. Después del empate, y aunque el equipo grana quiso el segundo, la jerarquía del Murcia desapareció y ya solo intimidó la meta del Sporting B en el tramo final de la primera mitad con dos dos disparos de Armando.

El Real Murcia arrancó la segunda parte a toda velocidad y generó dos ocasiones mayúsculas. La primera, un disparo duro de Javi Flores y la segunda, una volea de Armando que no entró porque lo impidió un defensor. Hasta que apareció Carrillo que cabeceó un centro de Álvaro Marín para hacer el 2-1. Una jugada clásica en la que conectan un lateral y un delantero centro.

Pero por muy buenas vibraciones que dio el Murcia en la segunda parte, el equipo grana se fue durmiendo poco a poco con el partido sin finiquitar. En el tramo final incluso se gustó y tuvo ocasiones en las botas de Flores, Oliva, Sobregrau y Garmendia, pero se tuvo que conformar con un justo 2-1 que no reflejó la superioridad del equipo grana.

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