La Verdad
Real Murcia

Las dudas embargan al Murcia

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Un momento del partido. / GUILLERMO CARRIÓN / AGM

  • El equipo grana no pasa del empate ante un Guijuelo marrullero que se aprovechó de la expulsión de Carrillo

El Real Murcia acaba 2014, en lo futbolístico, dejando malas sensaciones. No pudo tumbar al Guijuelo después de tenerlo todo de cara y de adelantarse en el marcador tras un regalo del portero visitante. No despejó las dudas en su juego y evidenció que necesita retoques para poder aspirar, de verdad, al ascenso a Segunda. En una jornada que era propicia para escalar posiciones en la tabla, tras la derrota del Logroñés y la visita de un rival que ocupaba el segundo puesto en la clasificación, el equipo grana solo arrancó un punto y firma una racha de solo dos puntos de los últimos doce.

En la primera parte, el conjunto de Aira se mostró espeso. Fue incapaz de hacerse con el control del juego hasta el tramo final de la primera parte. Hasta que Arturo se erigió como el mejor de los granas. Eso sí, dominaron, pero sin crear peligro. La primera ocasión fue resbalón del portero visitante que ni Oliva ni Armando supieron aprovechar. Después, en una jugada de estrategia botada por el propio Armando, Sobregrau la mando a la grada.

Mientras tanto el colegiado se empeñó en perjudicar al Murcia. Primero al no expulsar a Ravzan por su insistencia en las faltas y, antes del descanso, al no señalar un penalti claro sobre Arturo. Lo peor de la primera parte no fue la falta de peligro, sino que el Guijuelo, agazapado hasta entonces, le metió el miedo en el cuerpo a los espectadores con una jugada propiciada por un fallo defensivo de los granas.

En la segunda parte, el Murcia tuvo un golpe de suerte. Nada más empezar, Devis, el portero visitante, le echó una mano a los de Aira. Una cesión se convirtió en un regalo para Gerard Oliva que acabó por los suelos, embestido por el portero del Guijuelo. La acción tuvo que acabar con penalti y expulsión, aunque el colegiado solo sancionó lo primero. El equipo grana, con el 1-0 marcado por el propio Oliva, se las prometía felices. Hasta que Aira sentó al autor del gol y dio entrada a Carrillo. Nada más entrar al campo recibió una entrada, a la que el canterano respondió con un cabezazo y se fue a la calle.

El choque cambió por completo. El Real Murcia, con uno menos, reculó y se metió atrás, y el equipo salmantino se hizo cada vez más fuerte. El conjunto de Fernando Estévez no creó ocasiones de peligro hasta que llegó el gol de Garban en el tramo final. Un tanto que no hacía justicia a los méritos del conjunto visitante y que castigaba en exceso a un Murcia timorato y nada valiente. Desde que el Guijuelo empató hasta el final apenas hubo fútbol ya que el choque se volvió muy brusco y el árbitro, que sacó de quicio a los dos equipos, se convirtió en protagonista.