Samper quiere esquivar a Tebas

El presidente grana está contra las cuerdas. Aunque pagó el primer plazo del concurso en 2011 (un 10% de los 18 millones de deuda ordinaria del concurso), no ha liquidado todavía el segundo del 15%, aunque debió hacerlo en 2010. Solo algunos acreedores, como el G-30, lo han cobrado. En 2013 se vio obligado a solicitar el aplazamiento del tercero, por valor del 20% de la deuda ordinaria inicial para arrastrarlo hasta el año 2015, fecha en el que tendría que pagar el 30% del quinto. Una montaña muy alta que le ha obligado, justo cuando tenía que pagar el cuarto plazo del 25% de la deuda ordinaria, a pedir otra oportunidad.

Para que la juez María Dolores de las Heras acceda a autorizar el aplazamiento y la quita, tiene que contar con el visto bueno de acreedores que sumen el 60% de la deuda ordinaria. La lista es interminable, pero no todos importan lo mismo. A más deuda, más capacidad de decisión. Entre todos, el más poderoso es el G-30 de Tebas, que partió con una deuda inicial en el concurso de 5 millones de euros, tras ganar a Samper una batalla judicial por los derechos de televisión.

Desde entonces Tebas es la peor pesadilla de Samper. Tras cobrar el primer plazo de 500.000 euros, amenazó con pedir la liquidación del Murcia cuando Samper no satisfizo el segundo en tiempo y forma. Por eso el G-30 (plataforma con equipos de Primera y Segunda), es uno de los acreedores que sí cobró el segundo.

Dado que Samper estima que no va contar con el voto favorable de Tebas y el G-30 para el aplazamiento, está sondeando a otros acreedores que pueden ser decisivos para llegar al límite del 60% del capital de la deuda. Ya tiene el apoyo del Club Atlético del Cerro y del representante Paco Casal, que opera a través de este club uruguayo. Surtió de jugadores al club grana en el último ascenso de Primera y el Murcia le adeuda tres millones.

Samper tiene que convencer también a otros aliados para que su plan siga adelante y el Murcia continúe con vida al menos cinco años más. Su esperanza pasa por otros equipos de fútbol, exjugadores y extécnicos del equipo grana. También necesita a decenas de agentes y empresas de asesoramiento que figuran entre sus acreedores, así como a empresas murcianas que confiaron en el dueño del club y no han recibido cariño.