Recetas para asaltar el Rico Pérez

Acudió al Rico Pérez a jugar un partido de rivalidad, a cara de perro, sabiendo que sus opciones de agarrarse a la parte alta pasaban por ganar aquella tarde soleada y de temperatura primaveral. Si quería jugar el 'playoff' de ascenso a la máxima categoría tenía que ganar en el campo de uno de sus eternos rivales. El Hércules iba camino de Segunda B y el choque para los alicantinos era trascendental. Pero el Murcia del 'low cost', un equipo equilibrado que el Chuti Molina diseñó con uno de los tres presupuestos más bajos de la categoría, salió dispuesto a dejarse la vida.

19 autobuses

De hecho, comenzó a ganar el encuentro cuando 19 autobuses cargados de aficionados con camisetas y bufandas granas encararon la calle Foguerer José Romeu, que lleva hacia la tribuna Mundial 82 del estadio alicantino: «Fue un partido muy emotivo y dimos un golpe de autoridad. Desde ese momento comenzamos a crecer. Fue vibrante. En el calentamiento, los aficionados cantaban el himno y mirábamos para arriba y lo veíamos todo rojo. Se me pusieron los pelos de punta, pensaba que estaba jugando en casa», recuerda Toribio, actual jugador del Alavés y un mediocentro que se ganó a la afición grana por su honestidad. El Murcia acabó ganando por 2-3.

De los 10.500 espectadores que acudieron al choque, un 20% había llegado desde Murcia. El ambiente era espectacular: «Gran parte del mérito de aquella victoria fue de los aficionados. Sabíamos, viendo aquel desplazamiento masivo, que teníamos la responsabilidad de darlo todo. La temporada pasada, los murcianistas nunca fallaron. Y más cuando los partidos decisivos fueron lejos de casa. Ojalá tampoco fallen el sábado», desea Dorca, otro de los fútbolistas que convirtió la pasada campaña al Real Murcia en un equipo grande, que rozó el ascenso a Primera División. El actual jugador del Zaragoza recuerda las sensaciones que tuvo: «Empezamos a ganar el partido al Hércules en el calentamiento. Nos sentíamos muy superiores y nuestra gente nos empujó. Nos sentimos cómodos».

«Se oía más a nuestra afición que a la local. Estaba todo lleno de camisetas granas. Cuando salimos a calentar nos sentimos muy bien», recuerda Truyols, actualmente en las filas del Mallorca. Pedro Alcalá vivió el partido desde el banquillo. Recuerda con emoción aquel choque: «Fue clave en la victoria que tanta gente de Murcia se desplazara hasta el Rico Pérez. Notamos que la afición estaba con el equipo. Fue un aliciente, no hay tantas aficiones que sean capaces de apoyar de esa forma a su equipo», dice el mazarronero, que ha encontrado en el Llagostera la regularidad y los minutos de los que no disfrutó con Julio Velázquez.

Molinero vivió otro Hércules-Murcia el año anterior, al final de la campaña 2012-2013: «El año pasado estaba toda la grada roja, fue increíble y se notaba muchísimo. Cuando vi como estaba el campo pensé que no podíamos defraudar a la gente. Solo había que comparar el ambiente que había el año pasado respecto al de un año atrás, cuando descendimos a Segunda B en el Rico Pérez. Era todo muy diferente», recuerda el actual jugador del Betis.

Muchos de los jugadores que llevaron la pasada campaña al Real Murcia a las puertas de Primera División tuvieron que salir del equipo grana el pasado verano, casi a regañadientes. El descenso administrativo abortó la posibilidad de que el gran año de Julio Velázquez se repitiera con Aira en el banquillo. Pero pese a que muchos jugadores tuvieron que dejar el club por la puerta de atrás, siguen llevando al equipo grana en su corazón: «Lo sigo en la distancia. Ojalá suba el Real Murcia. Es lo que deseo. Hablo con gente del club a menudo y sé que hay un grupo muy bueno que se merece que la gente lo apoye por todo lo que ha pasado esta temporada», dice Toribio, que vive en el Alavés una situación similar a la que vivió en Murcia hace un año.

Sobreponerse a la presión

Toribio lanza un mensaje a los jugadores del Real Murcia: «Tienen que disfrutar de estos momentos. Deben entender el sentimiento de la gente. Óscar y Acciari seguro que se lo han transmitido». El jugador catalán no cree que la presión por salvar al club amilane a la plantilla grana: «Cuando estás en el terreno de juego todo se olvida. Lo que pasa fuera del césped queda en un segundo plano. Me gustaría ir a apoyar al Real Murcia en este 'playoff'».

Alcalá también está al día de lo que pasa en el Murcia: «He visto al equipo varias veces esta temporada. El Hércules es un equipo fuerte, pero el Murcia tiene muchas opciones de pasar. El equipo está unido después de todo lo que ha pasado. Me encantaría ir. Si no juego el 'playoff' con el Llagostera, seguro que estaré en la Nueva Condomina para apoyar al Murcia», dice el central.

Molinero tiene incluso lazos afectivos con Murcia. Su actual pareja es de Alguazas: «Estuve tres años en el Real Murcia y también me considero murciano. Todos los fines de semana me informo de cómo está el equipo y qué es lo que hace. Incluso procuro hablar con la gente que aún está en el vestuario. Al club lo tengo muy presente. Ojalá la afición apoye al equipo en Alicante, viendo como nos fue el año pasado, es muy importante. Seguro que va a haber un buen desplazamiento», afirma el defensa toledano.