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José Luis Acciari, tras recoger sus cosas en Cobatillas, el lunes de la semana pasada.
«Quiero seguir dando la cara por el Real Murcia, sea donde sea»

«Quiero seguir dando la cara por el Real Murcia, sea donde sea»

José Luis Acciari Capitán grana. El argentino medita sobre su futuro arropado por su familia y a la espera de hablar con Samper: «La decisión que tome será la mejor para este club»

José Otón

Lunes, 15 de junio 2015, 11:50

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Acciari ha pasado una de las peores semanas de su vida. La eliminación del Real Murcia del 'playoff' de ascenso a Segunda a manos del Hércules ha sido como un misil que ha ido directo a la línea de flotación de uno de los símbolos del murcianismo. Quizás, el argentino era el miembro de la plantilla de Aira que mejor entendía que esta fase de ascenso era crucial para un club que está al borde del abismo. Acciari ha combatido la eliminación prematura rodeado de su familia, atrincherado en su casa de Murcia y escapándose de vez en cuando a La Manga, deshojando la margarita y sopesando si su etapa como futbolista ha llegado a su fin.

-¿Espera una llamada de Samper para decidir si sigue jugando?

-Mi decisión es importante en el asunto. Estoy reflexionando, tranquilo, con mi familia. No he hablado con Samper, veremos esta semana qué novedades hay.

-¿Miedo al vacío después del fútbol, a una nueva vida?

-Miedo tuve a los veintisiete años, cuando me lesioné de la rodilla y pensé que no volvería a jugar. Eso sí que me dio miedo. Con 36 años y después de mi carrera y estar en el club en el que quiero estar no me da miedo. Siento orgullo y para mí es una satisfacción. Cuando deje de jugar estaré tranquilo conmigo mismo por habérmelo dejado todo. He sido un profesional, me he cuidado en todos los aspectos para ser competititivo hasta los 36.

-¿Está preparado para sentarse en un despacho, para cambiar las botas por la camisa y la corbata?

-Todavía no me he planteado mi futuro a corto plazo, no puedo decir si dejo o no dejo de jugar. Lo que sí puedo decir es que a este club lo quiero mucho y en estos momentos difíciles de mucha incertidumbre me gusta estar dando la cara. Esperemos que pueda estar con el Real Murcia, sea donde sea, y pueda ayudarlo y empujar para que el Murcia pueda cumplir sus objetivos.

-¿Es la decisión más importante a la que se ha enfrentado?

-Todavía no me puse a pensar qué hacer. Está todo muy reciente, todavía no asimilo que hemos sido derrotados. Quiero refugiarme con mi familia, disfrutar con mi mujer y mis hijos para tomar la mejor decisión, siempre para el bien del Real Murcia. Hace tiempo que dejé de ser egoísta y siempre voy a hacer lo mejor para este club.

-¿Puede haber otro equipo después del Real Murcia? Si no le dejan seguir jugando en la Nueva Condomina, ¿podría colgar las botas con otra camiseta, siendo jugador de otro club?

-No. Lo tengo claro desde el primer día que volví al Real Murcia hace tres años. Mi sueño y mi deseo, y así va a ser, es jugar o haber jugado mi último partido oficial con la camiseta del Real Murcia, lo tengo más que decidido.

-Entonces existe la posibilidad, si Samper arroja la toalla o no decide contar con usted para defender al Real Murcia en el terreno de juego, que el segundo partido del 'playoff' ante el Hércules fuera el último de su carrera futbolística. ¿Qué sabor le dejó?

-Uno sueña que sea de otra forma pero en el fútbol los sueños muchas veces no se cumplen como uno quiere que sea. La mayor satisfacción fue volver al Murcia después de cinco años en otros equipos. Estos tres años con la camiseta del Real Murcia son un premio especial y la satisfacción de volver a mi casa y a mi club, y que me hayan podido ver los aficionados, me ha hecho muy feliz.

Dolor que no cesa

-¿Todavía se acuerda del partido ante el Hércules? ¿Le persigue aún la eliminación prematura de la fase de ascenso a Segunda?

-Dura todavía el dolor, fue un palo, teníamos la ilusión de poder continuar y llegar hasta la final. Este cabreo no se pasa de un día para otro. Intento desconectar y no pensar en fútbol. Intento despejar la cabeza, intento no hacer un análisis de lo que pasó. Perdimos de una forma dolorosa, perdimos una gran oportunidad.

-¿Fue justo o injusto?

-Llevo mucho tiempo en el fútbol, pero cuando uno cosecha una derrota tan dolorosa no solo te cuesta dormir, sino que te pasas todo el día pensando en el partido, en jugadas, en el resultado. Es parte del fútbol, pero era muy importante para el club.El fútbol es lo más bonito que hay y cuando se da un resultado es por algo. En ese aspecto soy muy realista y es lo que fue. Teníamos un equipo muy sano, muy comprometido pero el fútbol no miente. Todos pensamos que podíamos haber hecho una cosa u otra, pero la realidad es que estamos eliminados, hay que aprender de los errores.

-¿Demasiada presión?

-Las expectativas eran máximas. La presión la teníamos desde la primera jornada, todos sabíamos cuál era la situación del club y lo que había pasado en el verano. No había excusa. El equipo, en los dos partidos del 'playoff', fue un reflejo de lo que fue en la temporada, un equipo sólido al que le hicieron pocas ocasiones y al que le costó marcar las que tuvo.

-Jugó tocado y la gente no lo sabe.

-Estuve toda la semana entre algodones sin poder entrenar bien. Al forzar en la vuelta me terminé de romper el aductor. Me fastidió no haber estado al final. No se sabe lo que pudo llegar a pasar, pero si hubiera estado a lo mejor podía haber sido importante en los minutos finales.Sufrí mucho en el banquillo.

-¿Saca algo positivo de esta temporada tan dura?

-El amor que sienten los aficionados por este club. Llevo mucho tiempo aquí y sé el cariño de la afición por sus colores. Se ha visto desde el verano, hasta el último partido. Fue una demostración de amor y sentimiento y el activo más importante del Real Murcia. Cuando un equipo está en Primera todos se suben al carro, pero en Segunda B y tras lo del verano, los aficionados siguieron ahí. Además han salido jugadores del Imperial. Todo eso hay que potenciarlo y mantenerlo, armar un equipo bueno planificándolo bien.

-¿Pero habrá Real Murcia?

-Ni se me cruza por la cabeza que desaparezca. Competirá, va a armar un equipo con miles de abonados que lo apoyarán, estoy seguro.

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