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El linier agredido abandona el terreno de juego de La Condomina ayudado por dos asistentes.
«Habría vuelto a arbitrar con un fusil»
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«Habría vuelto a arbitrar con un fusil»

Damín Rendón suspendió el Real Murcia-Levante de Copa disputado en La Condomina el 25 de octubre de 1978 por la agresión a un linier

Paco Lastra

Domingo, 1 de noviembre 2015, 23:33

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El Real Murcia-Levante de Copa del Rey que se disputó en La Condomina el 25 de octubre de 1978 acabó antes de tiempo. El árbitro Ramín Rendón pitó el final en el minuto 42 de la segunda parte, con 1-0 en el marcador, por la lluvia de objetos que comenzó a caer desde un sector de la grada, uno de los cuales alcanzó a uno de los jueces de línea, quien tuvo que ser retirado del campo ayudado por dos voluntarios de la Cruz Roja.

De siempre, los Murcia-Levante, y viceversa, son encuentros duros, broncos, fuertes, con alto voltaje emocional. El del 25 de octubre de hace 37 años, no desmereció. Tuvo de todo menos buen fútbol. Hubo entradas durísimas por parte de los dos equipos, tarjetas amarillas a discreción para los visitantes, una roja para el murcianista Lis por dar un absurdo cabezazo a Yaro, que a su vez le había hecho un entradón peligroso. Pero lo más triste y lamentable fue que algunos aficionados se calentaron más de la cuenta y comenzaron a lanzar objetos al campo, uno de los cuales alcanzó en el pecho a uno de los jueces de línea, que cayó desplomado sobre el césped. El enfado de la grada se produjo tras un empujón a Martín Santos en el área levantinista que el árbitro dejó sin sanción y en la que jugador grana perdió tres dientes.

Rendón, sin saber realmente qué había pasado en el partido, se desdijo a sí mismo en varias ocasiones, en las que llegó a emitir juicios opuestos. «Yo creo que he actuado bien. Ha sido un partido muy noble y en la jugada conflictiva, he visto cómo el jugador grana [Martín Santos] se ha tirado», dijo el colegiado, quien no sabía que los propios jugadores del Levante admitieron que hubo falta, y no leve. El golpe fue tan brutal que el jugador del Murcia perdió tres dientes. «¿Sí? Bueno, entonces es que no lo he visto. Que cojan ellos el pito y que arbitren», fue la salida que tuvo el árbitro gaditano.

A la pregunta de por qué suspendió el partido, Rendón exclamó: «¿Y qué quiere usted, que volviera? Hubiera vuelto si me dan un fusil o una metralleta, porque aquello era la guerra. Mi compañero ha recibido un golpe de un objeto contundente en el pecho que le ha hecho perder el conocimiento».

El asistente alcanzado por un objeto fue reconocido en el vestuario por el doctor Rafael Jiménez, quien indicó que no había detectado en el juez de línea nada de consideración.

Carmelo, entrenador del Real Murcia, llegó a la sala de prensa muy encendido: «Ya estoy harto de esto. Y lo malo es que todos los domingos es igual. O es que somos demasiado inocentes, o no sé. El árbitro no se ha dado cuenta de que Martín Santos perdió tres dientes de un puñetazo que le dieron en la jugada que le hicieron penalti, que no se señaló». Tres dientes, todo hay que decirlo, que eran postizos.

El técnico grana no quiso hablar de las posibilidades del Murcia en la eliminatoria, con ese 1-0. «Prefiero no hablar de la Copa. Todos los equipos vienen a La Condomina a dar leña. Si por mí fuera, a Valencia mandaría a los juveniles».

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