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Los hermanos Almansa, con sus bufandas y camisetas listas para animar al Murcia ante el Jaén.
Los indecisos del Murcia se desperezan

Los indecisos del Murcia se desperezan

Como a los hermanos Almansa, la victoria en el derbi y la buena racha de los de Aira han despertado a cientos de granas, que hoy volverán a la Nueva Condomina

José Otón

Domingo, 29 de noviembre 2015, 00:04

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Este mediodía se dan todos los condicionantes para que la Nueva Condomina presente la mejor entrada de la temporada ante el Jaén. El rival es un equipo histórico que llama más la atención que conjuntos como el Tropezón, el Lealtad y el Coruxo, entre otros, que pasaron por la Nueva Condomina el pasado ejercicio futbolístico. El equipo de Arconada es un aspirante al ascenso que militó varias temporadas en Primera y 16 en Segunda, y al que solo una trayectoria irregular en los últimos meses le ha alejado del 'playoff'. Eso sí, solo está a tres puntos del Cádiz, el tercero, junto al Real Murcia y el UCAM, de los escapados en cabeza.

Por eso y porque el partido es a las doce, el horario más idóneo para combatir el frío, y no es televisado, los rectores granas, la plantilla y hasta Aira sueñan con concentrar a más de 4.000 personas en las gradas de la Nueva Condomina, registro que solo superó ligeramente el club ante el Linense y el Jumilla. Es tan simple como que parte o el total de los más de mil abonados del Real Murcia (cerró la campaña con 5.126) que no acuden a la Nueva Condomina cambien de planteamiento, cojan su bufanda y se acerquen al nuevo estadio. Incluso los indecisos que no sacaron su abono en verano lo tienen fácil porque pueden pasar por las taquillas y retirar una entrada para adultos a partir de 10 euros, un precio inferior al que costaron las localidades para el derbi de La Condomina ante el UCAM de Salmerón.

El mejor de la Segunda B

Además el Real Murcia está de dulce en lo deportivo. Aira dio con la tecla en la tercera jornada de Liga y desde entonces ha hecho a su equipo más vigoroso y peligroso en ataque. Aira no tiene la electricidad que contagiaba Velázquez y que hacía a los aficionados pintarse la cara e ir a la guerra tras él, pero el leonés ha lidiado con una situación más dramática que el salmantino, rearmando un club desde la parcela técnica que tuvo que competir la pasada campaña contra reloj en el grupo I y que esta temporada ha tenido que salir para adelante sin director deportivo, ni técnico u ojeadores que lo ayudaran a la hora de diseñar, hasta ahora, al mejor equipo de los 80 de la Segunda B.

El técnico leonés ha puesto a funcionar a un grupo de jugadores sin grandes individualidades pero con un alto carácter colectivo, que en las últimas cuatro jornadas solo han recibido un gol y que, en cambio, han marcado ocho, redondeando una racha en la que, de los últimos once partidos disputados, han ganado nueve, han empatado uno y han perdido otro, ante el Sevilla Atlético y por un solo gol. Además, el Real Murcia es letal en casa ya que, de siete partidos disputados, ganó cinco y solo empató en dos, no dejando a ninguno de sus rivales llevarse los tres puntos de su estadio.

El técnico grana ha superado con nota el examen del banquillo y ha demostrado a los murcianistas que dudaban de su capacidad para llevar al Murcia a Segunda, tras el batacazo contra el Hércules de la pasada campaña y pese a no contar con uno de los presupuestos más altos del grupo IV. Por eso vale la pena empujarlo, junto con su equipo, para que despeje en lo económico el horizonte del club grana intentando un ascenso a una categoría que lo sacaría de la UCI.

Además, para el choque de hoy no le va a venir mal la ayuda de la grada a un Murcia que se ha llevado el jarro de la lesión de Isi, que tendrá que pasar por el quirófano inesperadamente para arreglar las consecuencias de una operación mal hecha en Villarreal, y que tiene a José Ruiz entre algodones por una gripe. Si Ruiz no está, Aira podrá tirar de Sobregrau y Satrústegui para arreglar el entuerto, y hasta podría cambiar a Hostench de banda.

El detonante

La victoria grana en La Condomina y todo lo vivido allí por el murcianismo ha tocado la fibre sensible de muchos aficionados: «Fui socio de 1965 a 1980 y después, por salir a trabajar fuera de la Región, lo tuve que dejar. Me enganché otra vez en 1995, aunque hace dos años que me desenganché otra vez, esta vez por Samper. No estoy contento con su gestión, el equipo de la Región debe estar dirigido por gente que sienta el club, que lo viva», dice Alejandro Almansa, murciano de 65 años e ingeniero de Telecomunicaciones.

Pero la semana pasada volvió a sentir la pasión: «Fui a La Condomina a vivir el UCAM-Real Murcia. Hubo un ambientazo, fue una tarde cargada de recuerdos. He decidido volver otra vez y el partido ante el Jaén es un buen momento para hacerlo», asegura. Su hermano Carlos está en una tesitura similar. Médico de profesión, no pudo ir el pasado domingo a La Condomina por una gastroenteritis, a pesar de tener una entrada en su poder, pero ver el partido del Murcia por televisión y sentir lo mismo que su hermano le han hecho sacar su bufanda y su camiseta grana del armario. No va a perdonar a Samper, al que culpa de todos los males del Real Murcia, pero sí quiere hacer una excepción este año para ayudar a un equipo que necesita ascender a Segunda sí o sí.

«Hice el juramento de que mientras que estuviera Jesús Samper no iba a volver a la Nueva Condomina, no es justo que el Murcia tenga un presidente que siempre está en Madrid. Pero habrá que acudir al campo, la grada tiene que hacer algo. El equipo está muy bien y las peñas son las que están trabajando», afirma Carlos. Como los dos hermanos Almansa, que dejan entrever con sus palabras su cariño al equipo de fútbol que los ha acompañado desde niños y que al mismo tiempo les trae por la calle de la amargura debido a sus dirigentes, hay otros cientos de murcianistas que se plantean darle una nueva oportunidad al club grana. Y quizás sea hoy contra el Jaén.

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